Sí, Partido Pirata Es Un Nombre Tonto, Y Es Por Eso Que Funciona

“¿Partido Pirata? ¿Estás hablando en serio?” Escucho eso todo el tiempo cuando estoy solicitando votos. “Con un nombre como ese, ¿cómo tendrán éxito?” Bueno, contesto, captó tu atención ¿no?

La última vez que solicité votos en los parques de la ciudad de Nueva York, la mayoría de las conversaciones fueron así:
“Hola, ¿estás cansado de la política?”
La persona sigue caminando
“¿La izquierda y la derecha siempre diciendo lo mismo?”
Siguen caminando.
“¡Soy del Partido Pirata!”
Se detienen. Lentamente se dan vuelta.

Piratas. Arr, que me parta un rayo. Tomando ron y robando tu tesoro. Esa es la imagen que el nombre inmediatamente lleva a la cabeza de mucha gente. Se ríen. Les contamos que no tenemos un presidente, tenemos un capitán, y se ríen aún más. Les contamos que queremos declarar el amotinamiento contra el gobierno corrupto, y se mueren de la risa.

Pero ahora han bajado su guardia. Están prestando atención. Entonces hablamos de cómo la privacidad y la libertad de expresión están en riesgo. Hablamos de cómo las leyes de propiedad intelectual están en realidad dañando, no ayudando, a la economía. Hablamos acerca de la democracia líquida, y su potencial para hacer que la gente esté más informada, comprometida y en control de su gobierno. Y por Dios, ellos escuchan. Y parece una muy buena idea.

Compara esto con ser serio. ¿Qué pasaría si nos llamáramos el Partido del Conocimiento, o el Partido de la Libertad Intelectual? ¿El Partido de la Cultura Libre? ¿El Partido del Apoderamiento? La mayoría de la gente no nos echaría una segunda mirada. Especialmente en países como los Estados Unidos, donde la apatía política está en un máximo histórico, ir a lo seguro y ser serio no te llevará a ningún lado. Contra-intuitivamente, actuar serio es la barrera más grande para que te tomen en serio que un movimiento sociopolítico podría erigir. Si quieres atraer sólo un pequeño subconjunto de nerds de la política y activistas incondicionales, entonces por favor, sé profesional. Pero si quieres la atención de un público que cada vez más y más saca sus noticias de satíricos y comediantes en vez de periodistas, hay peores cosas que podrías hacer que estar usando un parche en el ojo y poniéndote un loro en tu hombro.

No escapes a la imaginería pirata. Exagérala. Y por todo lo que es bueno, no hables como un político. Suéltate. Háblale a la gente como si fuesen tus amigos, vuélvete coloquial. Ten un sentido del humor, y no le tengas miedo a que hacer una broma o hablar irónicamente dañe tu credibilidad. Por cada persona aburrida y convencional cuyo soporte pierdas por gritar “¡Y’arrrrrrr!”, ganarás el apoyor de diez personas formidables que no le han prestado atención a la política en años.

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