Historia del Copyright, parte 3: El monopolio muere y resucita

Como vimos en la segunda parte de esta serie, el monopolio del copyright fue instituído como un instrumento de censura por Maria I, en 1557, para impedir a las personas discutir y diseminar materiales impresos favorables al protestantismo. Su sucesora, Elizabeth I, quedó tan satisfecha como Maria I con el monopolio, al sucederla en 1558, porque lo usó para impedir a las personas diseminar y discutir textos favorables al catolicismo.

En los años 1600, el Parlamento intentó gradualmente combatir a la censura real. En 1641, abolió al tribunal que juzgaba los casos de copyright, la infame Cámara Star. En la práctica, eso transformó a la violación del monopolio en un crimen sin sentencia, como cruzar a la calle fuera de la senda para peatones es, hoy, en Suecia: continuaba siendo un crimen imprimir libros fuera del monopolio, era tecnicamente ilegal, pero quien lo hiciese no podria ser
juzgado y no habia pena. Por eso, la creatividad creció estratosfericamente en Inglaterra.

Infelizmente no era eso lo que el Parlamento tenía en mente.

En 1643, el monopolio de la censura y del copyright fue reinstituído con una venganza. Incluyó la obligatoriedad de los autores, impresores y editoriales a pre registrarse en la Compañía de Libreros de Londres, la necesidad de obtener una licencia de publicación antes de publicar cualquier obra, el derecho de los libreros de cerrar, quemar y destruir cualquier equipo o libro ilegal, y penas rígurosas y de prisión para quien violase la censura del copyright.

Acelerando la historia, hubo algo llamado la Revolución Gloriosa en 1688, y la composición del Parlamento cambió radicalmente. Las personas que sufrieron el impacto de la censura, al asumir sus cargos en el Parlamento, no tenían deseos verla continuar. Asi, el monopolio de los libreros fue extinto en 1695.

Entonces, a partir de 1695, no existió copyright. Ninguno. La creatividad floreció – nuevamente — y los historiadores afirman que muchos de los textos que contribuyeron a la creación de los Estados Unidos fueron escritos en esa época.

Por desgracia la Compañía de Libreros de Londres no estaba nada satisfecha con el nuevo orden, en el que perdió su lucrativo monopolio. Ellos juntaron a sus famílias y fueron a las escaleras del Parlamento para suplicar que el monopolio fuera restaurado.

Vale reparar que los autores no pidieron la vuelta del monopolio del copyright: fueron los impresores y distribudores los que lo hicieron. En ningún momento hubo un argumento en la línea de “si no hay copyright, nada mas será escrito”, el argumento era que si no existiera el monopolio nada mas seria impreso. Son dos cosas completamente distintas.

El Parlamento, que había terminado de abolir la censura, no pretendia restabelecer una posibilidad de control central que traia, en sí, el potencial de ser usada abusivamenmte. Los libreros reaccionaron con la idea de que los autores podrian transformarse en “dueños” de sus obras. Al hacer eso, mataron tres pájaros de un tiro. Uno, aseguraban al Parlamento que no habria un control central, que pudiese ser usado como instrumento de censura. Dos, las editoriales mantendrian su monopolio para todos los propósitos y fines, entonces los escritores no tendrian a nadie mas a quién vender sus obras, además de los editores. Tres, y tal vez más importante, el monopolio formaría parte de la Common Law anglosajona, en vez de ser apenas una jurisprudencia, lo que le daba una protección legal mucho más fuerte.

El lobby de los impresores consiguió lo que queria, y el nuevo monopolio del copyright fue decretado en 1709, entrando en vigor el 10 de abril de 1710. Esa fue la primera gran victoria del lobby del copyright.

Lo que tenemos en aquella altura de la historia es el copyright en su forma embrionaria: un monopolio heredado de la censura, en los que autores y artistas no fueron ni siquiera considerados, creado desde el comienzo para asegurar las ganancias de los editores.

Además, la Corporación de Libreros continuó confiscando, destruyendo y quemando a las imprentas de los demás por mucho tiempo, independientemente de no poseer mas el derecho de hacerlo. El abuso de poder fue inmediato, y continuó hasta el proceso Entick versus Carrington, en 1765, cuando hubo una incursión sobre autores “no licenciados” (lease indeseados). En el veredicto de ese proceso, fue establecido claramente que no podría ser negado ningún derecho, a ningún ciudadano, a no ser que eso fuese expresamente determinado por una ley, y que ninguna autoridad podria adoptar un derecho que no le fuese expresamente dado por una ley.

Así, los primeros fundamentos de la democracia moderna y de las libertades civiles fueron establecidos en una batalla contra el monopolio del copyright. Nada nuevo bajo el sol.

Pŕoximo: ¿Leer libros sin pagar? ¿Eso es robo?.
Antes: Bloody Mary

Rick Falkvinge

Rick is the founder of the first Pirate Party and a low-altitude motorcycle pilot. He lives on Alexanderplatz in Berlin, Germany, roasts his own coffee, and as of right now (2019-2020) is taking a little break.
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