La falacia del Facebook

Muy a menudo, escucho la palabra “Facebook” utilizada como justificación para explicar por qué la gente con una vida conectada al Internet no merecen ninguna privacidad.

Este argumento sigue la línea de “Si de todos modos, ellos publican todo acerca de sí mismos, no hay ninguna manera que les importe ser espiados para lo demás.” Esto es, por supuesto, una falacia absoluta y deshonesta – y aún así la escucho muy a menudo.

La gente que disfruta la vida conectada al Internet tienen un muy fuerte sentido de la privacidad – solo ocurre que es diferente de aquellos que no viven sus vidas en línea. El sendido de la cebolla de la privacidad – cuyas capas más cercanas a tu corazón sólo son mostradas a tu grupo de amigos más íntimos – ha variado a través de las generaciones, y no hay nada extraño con eso. Hoy, por ejemplo, tener una sexualidad distinta a la heterosexualidad monógama no es la gran cosa y por lo tanto podrías felizmente publicar sobre eso e incluso tenerlo en tu página de Wikipedia; hace una generación, sin embargo, lo mantenías en secreto, cercano a tu corazón.

La falacia es una disabilidad bastante ofensiva para distinguir entre hacer algo voluntariamente y ser forzado a hacerlo. Es la diferencia entre consentimiento y sin-consentimiento. Ya sea que alguien piense que deba existir consentimiento basado en su (de el o ella) marco referencial está completamente más allá del punto.

Si yo publico información, lo hago voluntariamente, incluso si es información o imágenes que nunca hubiesen sido publicadas en la generación anterior. Si se me sustrae esta información, me siento violado, mi privacidad es violada.

Muy frecuentemente, escuchas a los políticos discutir en los medios que, de alguna manera, tienen un derecho moral a intervenir o espiar a todos a un nivel al menos equivalente al de su uso voluntario de algunas redes, ya que la gente se comporta en Facebook así. Esto muestra una falta total de entendimiento no sólo del concepto de privacidad, sino también del concepto de consentimiento.

Un bloguero en Suecia publicó un paralelo impactante (que ahora no está en línea); “¿Por qué esta gente no entiende la diferencia entre tener sexo y ser violado?”.

Rick Falkvinge

Rick is the founder of the first Pirate Party and a low-altitude motorcycle pilot. He lives on Alexanderplatz in Berlin, Germany, roasts his own coffee, and as of right now (2019-2020) is taking a little break.

Discussion

  1. Juan D.

    Y sí, realmente es una idea que repite mucha gente, qué derecho tienes tú a la privacidad si en las redes sociales pones cosas tan personales. Lo que no entienden quienes tienen este discurso es en parte que las redes sociales tienen configuraciones de privacidad que muchos usuarios utilizan. El problema es que las redes sociales como tal y quienes quieren tener el derecho de vigilar se acercan a la pesadilla Orweliana.

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